La iluminación de las calles es una característica definitoria de la ciudad moderna, dando forma no solo a la seguridad y el confort, sino también a la vida cultural y social de los espacios urbanos. Las calles vibrantemente iluminadas invitan a la gente a participar en actividades nocturnas, desde paseos tranquilos hasta cenas, compras y socialización. Un entorno urbano bien iluminado estimula la actividad económica, atrayendo clientes a los negocios locales y contribuyendo a la vitalidad de la vida de la ciudad.4
Los parques públicos, plazas y espacios verdes que incorporan un diseño de iluminación bien pensado se convierten en puntos focales para reuniones comunitarias. Estos espacios, cuando están adecuadamente iluminados, ofrecen oportunidades para la recreación, socialización y relajación bien entrada la noche. Para muchos residentes, particularmente aquellos con compromisos durante el día, la noche es el único momento para participar en actividades al aire libre. Por lo tanto, la iluminación juega un papel crítico en fomentar la cohesión social y fomentar un estilo de vida saludable y activo.